Se requieren medidas que fortalezcan el mercado interno a través de incentivos especiales, programas de renovación vehicular, vigorizar las medidas para impedir la importación de vehículos chatarra, apoyos de financiamiento y garantía para capital de trabajo.
Además nuevas inversiones a mediano y largo plazo en capacidad instalada y desarrollo tecnológico, infraestructura logística y de servicios a precios competitivos a nivel internacional, que permitan una mejora en la operación de las empresas, normatividad equivalente a la aplicada en otros países y programa especial de desarrollo humano.
Señaló Agustín Ríos Matence, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), al presidente de México, Felipe Calderón, durante la clausura del VII Congreso Internacional de la Industria Automotriz en México (CIIAM) e inauguración de la PAACE Automechanika 2009 efectuada del 15 al 17 de julio recién.
Dijo reconocer el trabajo conjunto del Gobierno Federal, sin embargo, es necesario acelerar el paso con el propósito de tener una visión integral de corto, mediano y largo plazo, a fin de no perder posición competitiva y llegar tarde al nuevo reacomodo internacional de la industria automotriz que se vive.
Actualmente, continuó Ríos, México es el onceavo país productor de vehículos en el mundo y el principal proveedor de autopartes para Estados Unidos, hacia donde se exporta más de 60 por ciento de la producción nacional.
“El año pasado se comercializaron hacia Estados Unidos cerca de 170 mil millones de dólares en productos automotrices, un monto que pocas industrias tienen para su comercio y nosotros somos parte de ello”.
Pero este año es diferente. Al mes de junio de este año, la producción y venta de vehículos y de autopartes, se redujo alrededor de 40 por ciento en comparación con el año pasado, lo que ocasionó el despido de más de 56 mil 500 personas empleadas directamente en la fabricación de autopartes, informó Ríos.
Asimismo la rentabilidad es la peor de los últimos años. La liquidez y el flujo de efectivo de las empresas, se vio afectado por los volúmenes de operación que son inferiores al 50 por ciento de la infraestructura tecnológica y capacidad instalada. A ello hay que agregar la escasez de crédito comercial.
El cierre de este año lo calificó como difícil, con una reducción de volúmenes del orden de 35 a 40 por ciento respecto de 2008, tanto en ventas como en producción destinada al mercado doméstico y a la exportación. Quizá, continuó, podría darse una recuperación lenta entre 2014 y 2015 para alcanzar los niveles del año pasado.
Entre todo esto, la buena noticia es que los flujos de inversión extranjera directa, atraídos por la industria automotriz mexicana en el primer trimestre de este año, ascienden a 608 millones de dólares, es decir, 200 por ciento superior al año pasado.
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