En la Ciudad de México, de lunes a viernes se realizan 11.5 millones de viajes diarios en microbuses y otras unidades que operan como hombre-camión, lo que ha hecho necesario llevar a cabo cambios estructurales en los que deben participar todos los actores del sector, con el fin de reducir los costos de tecnología y unidades nuevas.
Así lo propuso el presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), Nicolás Rosales Pallares durante su participación en el 30º Encuentro Nacional de Autoridades de Movilidad (ENAM) con la ponencia “Empresarización del sector, el gran reto”, realizado en Irapuato, Guanajuato este fin de semana.
Durante este evento, que reunió a autoridades y empresas clave del sector, el Consejo Promotor de la AMAM reafirmó su compromiso con el desarrollo de soluciones innovadoras para la movilidad en México y llevó a cabo un diálogo en el que se profundizó sobre el rol estratégico del sector privado en la promoción de una movilidad sustentable en el país.
Asimismo, llamó a establecer instrumentos de financiamiento e incentivos fiscales para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de transporte, a fortalecer las capacidades técnicas y de planeación de las autoridades, así como a la profesionalización del sector ante la premisa de que, por cada dólar invertido en trasporte público, se generan cuatro dólares en la economía nacional.
Nicolás Rosales explicó que “si queremos realmente cambiar la ruta del transporte público, tenemos que replantear nuevos modelos de negocio, de operación y de financiamiento”, toda vez que de todo el gasto que el Gobierno de la CDMX realizó recientemente en movilidad, solo se destinó el 8% al transporte público concesionado responsable de movilizar el 75% de los usuarios, mientras que el 92% fue para organismos gubernamentales.
“Este es un trabajo conjunto, juntos podemos marcar la diferencia y construir un futuro más sostenible para el transporte y las ciudades, ante la realidad que vive el hombre-camión, la cual consiste en que su único ingreso proviene de la tarifa; no tiene ningún tipo de apoyo o subsidio; no es sujeto de crédito o financiamiento; no cuenta con planes de inversión; permanece lejos de las altas tasas de interés si no cuenta con apalancamiento gubernamental, y su equilibrio financiero puede ser difícil si los ingresos del servicio no cubren los costos operativos y de mantenimiento”, agregó Rosales.