Visa Inc. anunció recientemente el lanzamiento mundial de Visa Cargo, una tarjeta comercial de múltiples funciones desarrollada en Brasil, para atender las necesidades de la industria de transporte de carga en camiones. Ésta ofrece la funcionalidad de prepago y una línea de crédito opcional.
Este producto, indicaron, permite a los embarcadores y transportistas de carga, cargar el valor del flete directamente a la tarjeta, de manera que el camionero autónomo pueda pagar sus gastos durante el viaje. Además, la tarjeta tiene la funcionalidad Visa Vale Pedágio, lo que significa que con el mismo plástico puede pagarse el peaje en las carreteras de todo el país.
En forma conveniente y segura, la tarjeta reemplaza ineficientes instrumentos en papel como la “Carta de Flete” y reduce la necesidad de recurrir a intermediarios, algunos de los cuales cobran recargos de casi 20% del valor de los pagos realizados por los conductores de camiones.
“Visa Cargo puede reducir significativamente los costos de las tareas que realizan los camioneros y puede tener un impacto positivo en sus ingresos, al mismo tiempo que proporciona más control y reduce el fraude para beneficio de los embarcadores y transportistas de carga”, señaló Percival Jatobá, director ejecutivo de Productos de Visa Brasil.
Es aceptada en más de 1,6 millones de comercios que incluyen gasolineras, restaurantes, talleres de mecánica y tiendas de neumáticos, Visa Cargo traerá también beneficios opcionales como la Garantía Extendida, la Protección de Compras y varios tipos de seguros que proporcionan tranquilidad mental al camionero durante su viaje.
En forma opcional Visa Cargo ofrecerá también una línea de crédito que permitirá a los camioneros elegibles invertir en el mantenimiento de su vehículo y sufragar gastos de la familia.
El segmento de transporte de carga por carretera en Brasil abarca 52% del movimiento total de carga en el país y el mercado de fletes tiene el potencial de mover US$ 47.700 millones. De esta cifra, solamente US$ 13.800 millones forman parte actualmente de la economía formal, mientras que los US$ 34.500 millones restantes permanecen en la economía informal.